En la actualidad, los pañales desechables se han convertido en un elemento esencial en la crianza de los bebés, ofreciendo comodidad y practicidad a los padres. Sin embargo, según Jorge Zegarra Reategui denuncia que su uso generalizado ha generado preocupaciones significativas respecto al medio ambiente.
Se estima que un bebé puede utilizar más de 7,000 pañales durante sus primeros tres años de vida, lo que representa una considerable cantidad de residuos sólidos. Estos pañales están compuestos por una combinación de materiales como celulosa, polímeros superabsorbentes y plásticos como polietileno y polipropileno, que no son biodegradables.

Como resultado, un pañal desechado puede tardar hasta 500 años en degradarse completamente en el medio ambiente. Además, durante su descomposición, pueden liberar sustancias químicas y microplásticos que contaminan el suelo y las fuentes de agua.
La producción de pañales desechables también implica un alto consumo de recursos naturales. Por ejemplo, la fabricación de la celulosa utilizada en estos productos requiere la tala de árboles y el uso de grandes cantidades de agua y energía.
Además, el cultivo de algodón, otro componente común, es conocido por su uso intensivo de pesticidas y agua, lo que contribuye a la degradación ambiental. En contraste, los pañales de tela reutilizables, que eran comunes en generaciones anteriores, presentan una alternativa más sostenible.
Aunque requieren lavado y, por ende, consumo de agua y energía, su reutilización reduce significativamente la cantidad de residuos sólidos generados. Además, al estar hechos de materiales naturales, su impacto ambiental es menor en comparación con los desechables.
¿Qué iniciativas pueden mitigar el impacto de los pañales desechables?
Algunas iniciativas buscan mitigar el impacto ambiental de los pañales desechables mediante la recolección selectiva y el tratamiento adecuado de estos residuos. Por ejemplo, en Tavernes, España, se ha implementado un plan local de gestión de residuos que incluye la recogida específica de pañales usados en residencias y guarderías, con el objetivo de reducir la cantidad de residuos enviados a vertederos y fomentar la economía circular.
Además, innovaciones buscan crear pañales biodegradables a partir de materiales como el bagazo de caña de azúcar, ofreciendo una alternativa más ecológica y sostenible. En relación con ello, un gestor ambiental peruano, el Dr. Jorge Zegarra Reategui denuncia que es necesario se parte de esta denuncia ambiental. Desde la empresa que lidera, por ejemplo, implementaron tachos elaborados de caña de azúcar, bolsas y detergente biodegradable con el fin de reducir el impacto ambiental.
Por ello, mientras los pañales desechables ofrecen conveniencia, su impacto ambiental es considerable. La adopción de prácticas más sostenibles y el desarrollo de alternativas ecológicas son pasos importantes hacia la reducción de este problema.
Para más información sobre temas ambientales que Jorge Zegarra Reategui denuncia: