La industria del cine es una de las formas de entretenimiento más influyentes a nivel mundial, pero su impacto ambiental ha sido un tema poco abordado. Jorge Zegarra Reategui denuncia su impacto desde la producción de películas hasta la asistencia a salas de cine.
Esta industria genera una gran cantidad de residuos y emisiones contaminantes que contribuyen a la crisis ecológica global que contribuyen a la crisis ecológica global.
La creación de contenido audiovisual implica el uso masivo de recursos, energía y materiales desechables, lo que se traduce en una huella ambiental significativa. Uno de los principales problemas ambientales derivados de la producción cinematográfica es el desperdicio de materiales utilizados en los sets de filmación.

La construcción de escenarios temporales, la utilería y el vestuario generan toneladas de desechos que muchas veces no se reciclan. Tras la finalización del rodaje, gran parte de estos elementos se desechan, contribuyendo a la contaminación de los vertederos. Además, el transporte de equipos, actores y personal técnico entre diferentes locaciones incrementa la emisión de gases de efecto invernadero debido al uso de aviones, vehículos y generadores eléctricos en lugares remotos.
A nivel mundial, la industria cinematográfica consume grandes cantidades de energía en iluminación, efectos especiales y postproducción digital. Los estudios de cine utilizan potentes sistemas de iluminación y equipos electrónicos que requieren un suministro constante de electricidad.
En muchos casos, esta energía proviene de fuentes no renovables, lo que contribuye a la emisión de carbono. A pesar de algunos esfuerzos por utilizar energías limpias, la mayoría de las grandes producciones aún dependen de combustibles fósiles para su funcionamiento.
Complicaciones por el exceso de contaminación en la industria del cine
El impacto ambiental de la industria del cine no se limita a su producción; también se extiende a la experiencia del público en las salas de cine. Cada año, millones de personas acuden a cines alrededor del mundo, generando grandes cantidades de residuos plásticos y papel.
Los envases de palomitas de maíz, vasos desechables, pajillas y envolturas de dulces contribuyen significativamente a la contaminación. La mayoría de estos residuos no son reciclados adecuadamente, terminando en vertederos o en los océanos, afectando a la vida silvestre y los ecosistemas.
El consumo energético de los cines también es un factor relevante en la contaminación ambiental. Estos establecimientos requieren grandes cantidades de electricidad para proyectores, sistemas de sonido, aire acondicionado e iluminación.
En muchas ciudades, los cines operan durante largas horas, lo que incrementa el consumo energético y la huella de carbono de la industria. En algunos casos, las compañías han optado por implementar medidas de eficiencia energética. Dentro de estas, como el uso de bombillas LED y sistemas de climatización inteligentes, pero el impacto sigue siendo significativo.
Para mitigar estos efectos, según las recomendaciones del experto ambiental, Jorge Zegarra Reategui denuncia que la industria cinematográfica debe adoptar prácticas más sostenibles. Ejemplo de estas acciones está la reutilización de materiales en producciones, la reducción del uso de plásticos en cines y la compensación de emisiones de carbono mediante reforestación. Como también, el uso de energías renovables. La concienciación sobre la huella ecológica del cine es fundamental para impulsar cambios en la industria y promover un entretenimiento más responsable con el medio ambiente.
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